sábado, 16 de junio de 2012

Anníbal por los Alpes

Cartago era el centro del imperio que controlaba el Mar Mediterráneo, se encontraba en el norte de África, y su flota comercial no tenía rivales. Pero cuando Roma lanzó su expansión en dirección sur, hubo tres enfrentamientos entro los cartagineses y los romanos, conocidos como las Guerras Púnicas (del latín: fenicios).

Después de la primera guerra, Roma había conseguido dominar el sur de Italia, y a causa de ésto, en Cartago pusieron al general Anníbal Barca al mando de las tropas, donde con ellas se le vio en Hispania. Allí, tras varios ataques, los romanos tomaron Cartago Nova.

Anníbal quiso comenzar su invasión a Italia, para ello contaba con un ejército reclutado de cien mil soldados bien preparados y un grupo de elefantes de asalto. Entonces, se dirigió a Italia por el norte, bordeando el mar y pasando la cordillera de los Alpes. Les sorprendió el invierno y sólo quedaron treinta mil hombres y parte de los elefantes, pero finalmente, consiguió llegar. Fue venciendo a las legiones romanas y, en Cannas, destruyó al ejército romano, dejándose el camino hacia Roma libre.

El poder militar de Roma lo tenía el general Publio Cornelio Escipión, que prefiería no atacar a Anníbal, simplemente hacer que se fuera y para ello atacó directamente a Cartago. La ciudad reclamó a Anníbal inmediatamente y éste, dejó la conquista de Roma para defender Cartago. En Zama, tiene lugar la batalla en la que se enfrentan las tropas de Escipión con la suyas, donde el ejército cartaginés es derrotado y la ciudad es tomada por Roma.

Anníbal huyó al Este y se unió a reyes de aquella región, pero uno de elos lo traicionó y lo entregó a los romanos. Antes de ser entregado, tomó el veneno que llevaba guardado en su anillo, y se suicidó. Roma quedó tranquila tras saber sobre su muerte. Años más tarde se consiguió la tercera Guerra Púnica por Catón, que consistió en el asedio de Cartado, que tras incendiarlo por completo esparcieron sal para que nada pudiera brotar allí.

Escipión fue llamado el Africano, recibió todos los honores que le correspondían y su figura fue recordada siempre con dignidad y respeto.


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