domingo, 22 de abril de 2012

La muerte de Rómulo

Rómulo siguió consolidando la nueva ciudad, su ciudad. Roma comenzaba a hacerse cada vez más y más grande. El rapto de las mujeres sabinas fueron una gran ayuda para hacer esto posible, ya que la mayoría de la población era masculina; merecieron la pena las constantes guerras que habían entre los sabinos y los romanos hasta que la mujeres les obligaron a parar.
Tiempo después de todo lo ocurrido, hubo una tempestad.
Empezó a llover de manera repentina. Primero comenzaron a caer varios rayos junto con rápidos relámpagos, pero más tarde empezó a tronar bruscamente. Había fuertes vientos que provocaban la destrucción de casas y la caída de muchos árboles. El agua del río se desbordaba por todos sitios e inundaban la ciudad. En un intento de huida, un trueno le alcanzó y, de repente, desapareció como si nada. Finalmente, la tormenta paró después de esto.